La Avenida Paulista, que separa los barrios de Jardim Paulista y Bela Vista, es la arteria principal de São Paulo, y la más famosa: en ella se concentran los mayores rascacielos (buena parte de ellos con helipuertos utilizados a menudo por hombres de negocios que en lugar de coger el metro, prefieren ir «volando» a trabajar); de hecho, cuando se concebió su construcción a finales del siglo XIX, se hizo a petición de las elites que buscaban un lugar donde establecerse apartado de las zonas más populares.

Avenida Paulista de noche.
Fotografía: Bruno Soares
Como distrito financiero, la avenida concentra a lo largo de tres kilómetros una cantidad considerable de bancos y empresas, pero también es una de las zonas más visitadas por el turismo y por tanto se encuentra plagada de restaurantes, hoteles y otros establecimientos dedicados al ocio y la cultura.
Algunos de sus puntos turísticos de mayor interés son el Parque Trianon, el Museo de Arte de São Paulo, el edificio de la Fundación Cásper Libero (con su llamativa antena, la más alta de la zona) o la Casa das Rosas, una de las antiguas casas de los barones del café reconvertida en biblioteca pública.

La Avenida Paulista.
Fotografía: Fernando Palacios
Podemos recorrer la Avenida Paulista a pie (para los perezosos, la línea 2 del metro la cubre toda su extensión), disfrutando de las tiendas, los bares, las vistas y, en definitiva, del eclecticismo de la zona más cosmopolita de São Paulo, donde al mediodía se mezclan frenéticamente turistas, oficinistas que salen a buscar algo rápido de comer y locales que venden todo tipo de comida en puestos ambulantes. Es mejor visitarla entre diario, pues como distrito financiero, se vacía durante los fines de semana.
Merece la pena reservar un par de horas en nuestra visita a São Paulo para dar un paseo por ella e impregnarlos de su animado ambiente multicultural, tan representativo de la vida brasileña.