También conocida como Catedral de Sé, la catedral de São Paulo se encuentra en el centro de la ciudad y está considerada como uno de los templos góticos más grandes del mundo. Abrió sus puertas al público en 1954 (aunque sin haber finalizado sus obras), conmemorando el cuarto centenario de São Paulo, y tal como podemos contemplarla hoy es obra del arquitecto alemán Maximilian Emil Hehl, aunque desde el siglo XVI ya existía en en lugar una iglesia primitiva, constituida como el primer edificio religioso de la ciudad.
Pese a que su arquitectura es neogótica, posee algunos elementos renacentistas, como la gran cúpula, que recuerda en parte a la del gran Duomo de Florencia. Es la mayor catedral de Brasil, con 111 metros de longitud y 46 metros de altura (las torres, terminadas después de la inauguración, ascienden 92 metros). Para construirla se emplearon más de 800 toneladas de mármol y puede albergar hasta 8.000 personas en su interior.
Es interesante visitar su cripta, pues en ella se encuentran los sepulcros de todos los arzobispos de São Paulo, así como dos tumbas de personajes relevantes para la historia de Brasil como el padre Diogo Geijó y Tibiriçá. Además, a lo largo de la cripta encontraremos varias esculturas de mármol de Francisco Leopoldo e Silva.
En la década de los setenta la catedral sirvió de escenario para la lucha contra la dictadura militar, pues el arzobispado la ofreció como espacio para las reuniones y manifestaciones políticas. Desde el 2000 se llevaron a cabo trabajos de renovación completa de la catedral, basándose en los planos originales que se recuperaron dentro de la misma.
Su órgano es el más grande de toda Latinoamérica.